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Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
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[0817] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA Y LA MATERNIDAD, FACTORES FUNDAMENTALES DE LA ECONOMÍA Y POLÍTICA DEL TRABAJO

De la Homilía durante la Misa para los obreros de la Alta Silesia y de la cuenca minera de Zaglebic, en el Santuario de Jasna Góra  (Polonia), 6 junio 1979

1979 06 06 0002

2. [...] El trabajo debe ayudar al hombre a hacerse mejor, espiritualmente más maduro, más responsable, para que pueda realizar su vocación sobre la tierra, sea como persona irrepetible, sea en comunidad con los demás, y sobre todo en la comunidad humana fundamental que es la familia. El hombre y la mujer, uniéndose en esta comunidad, cuyo carácter ha sido establecido por el mismo Creador desde el principio, dan vida a nuevos hombres. El trabajo debe hacer posible a esta comunidad humana encontrar los medios necesarios para formarse y para mantenerse.

La razón de ser de la familia es uno de los factores fundamentales que determinan la economía y la política del trabajo. Éstas últimas conservan su carácter ético cuando se toman en consideración las necesidades de la familia y sus derechos. Mediante el trabajo, el hombre adulto debe ganar los medios necesarios para la manutención de la propia familia. La maternidad debe ser tratada en la política y en la economía del trabajo como un gran fin y un gran cometido en sí mismo. Con ella está efectivamente vinculado el trabajo de la madre, que da a luz, que alimenta, que educa, que nadie puede sustituir. Nada puede sustituir el corazón de una madre, que en una casa está siempre presente y espera siempre. El verdadero respeto del trabajo comporta la debida estima por la maternidad y no puede ser de otro modo. De esto depende también la salud moral de toda la sociedad.

Mi pensamiento y mi corazón se abren una vez más a vosotros, hombres del trabajo duro, a quienes de diversos modos me han vinculado mi vida personal y mi ministerio pastoral. Os deseo que el trabajo que realizáis no cese de ser la fuente de vuestra fuerza social. Gracias a vuestro trabajo, sean fuertes vuestros hogares. Gracias a vuestro trabajo, sea fuerte vuestra patria.

[Enseñanzas 3, 236-237]